
En poco menos de dos horas hemos llegado a la cima tras de salvar unos 800 m. de desnivel y, después de zamparnos una de las extraordinarias tortillas de patatas de nuestra madre, nos hemos vuelto por donde habíamos ido. Lo curioso de la salida es que yo -bastante más anciano que mis hermanos y con una rodilla artrósica perdida-lo he hecho en bici. Lo de la bici supone que en la subida sufres mucho más e incluso te tienes que bajar en ocasiones, pero luego viene la bajada que es muchísimo más rápida y cómoda. Aprovechando la circunstancia yo he continuado por el Camino hacia el sur y ellos me han recogido en Zubiri, unos kilómetros más al sur de Ronces.

¿Se anima alguien más?